sábado, 25 de septiembre de 2010

LLUEVE


Esta lluvia me habla de una verdad,

el recuerdo de una mirada,

la nostalgia de varias palabras

y la melodía de una copla

que dice tu nombre

sin decir, al fin,

cuál es el nombre

que quisiera recordar.

Una nueva lluvia

viene a buscar

una mirada fresca,

sin temores del pasado,

sin rumores de dolor

ni un solo ruido de soledad.

Es esta misma lluvia

que cae sin pausa,

que cae con prisa,

que cae y golpea

en la memoria,

en la verdad

de una mirada

que guardo y recuerdo,

que recuerdo y temo guardar.

domingo, 5 de septiembre de 2010

ULTIMAMENTE


Últimamente

ando pensando

que pensar detenidamente

me desespera.

Es tal vez el miedo

de pensar

lo que nadie quiere

o el terror

de querer ver

más allá

de lo que podré ver alguna vez.

A veces pensar

me hace pensar

que debo dejar de hacerlo.

Últimamente

ando pensando

que una sonrisa

puede ocultar

lo que poco dicen

algunas

pocas

palabras

que intentan escapar a la verdad

para ocultarse

detrás de la esperanza ajena.

Últimamente

ando pensando

que volverán a asomarse

algunas miradas

que tiempo atrás

me observaban fugazmente.


OLVIDO


La ciudad oculta
un sentimiento de nostalgia
de tiempos perdidos
en la ausencia de palabras
que alguna vez
fueron calladas,
silenciadas
por el cruel puñal
que aún permanece impune.
La gente en la ciudad
suele, cada tanto,
olvidar lo ya mil veces olvidado.
Hay algunos que miran
sin mirar
y quienes caminan
sin saber
hacia dónde
caminan.
Otros se detienen
sin determinar aún
para qué lo hacen.
Es que en la ciudad
la gente se oculta
de ese extraño ejercicio
que requiere la memoria
y olvida lo que nunca debería olvidarse.

El espacio que me separa de tu cuerpo.

La mirada que resiste la ceguera.

Las manos que desean atraparte.

Los labios que aún saben a vos.

Las palabras que te siguen escribiendo

aún ante la ausencia y el silencio.

Y si negamos espacio al desconsuelo,

si decimos que no a la tristeza,

tal vez la vida se nos llene

de instantes de luz y de alegría.

No será cierta la mirada

del que no lance en su decir

más que palabras,

y será como un suspiro,

como el instante desdeñado

de quien quiere escapar de la rutina.

A dónde fueron a parar,

sin dejar que las encuentre,

aquellas vacías palabras

que sólo reflejaban

la desarmonía del alma.

Por qué será tan breve lo bueno,

por qué tan prolongado el ocaso

si todavía no comprendo

cuánta esperanza, cuánto silencios

quedan aún por caminar.